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miércoles, 15 de octubre de 2014

NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES, UNA LEY EN DISCUSIÓN

Hace apenas una semana les hablaba sobre la Iniciativa Preferente del Presidente Peña Nieto, la Ley General para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, me han de disculpar que hoy retome este tema, y es que no es cosa menor tratándose de este sector tan importante para cualquier sociedad.

La iniciativa del Ejecutivo fue modificada por el Senado de la República en un 80% de su contenido, ya que planteaba una visión asistencialista mas que una perspectiva de respeto a los derechos humanos.

Si bien la minuta establece aspectos positivos, no obstante, algunos de sus contenidos han provocado gran inquietud entre amplios sectores de la sociedad: numerosos padres de familia, expertos en derecho y en temas de niñez y adolescencia, así como varias asociaciones civiles e incluso empresariales manifiestan inquietudes que compartimos como ciudadanos y como legisladores. 

Consideramos que estamos ante la oportunidad de hacer mejoras a esta iniciativa por ello en la Cámara de Diputados el Grupo Parlamentario del PAN estamos realizando un análisis, serio y minucioso del documento, tenemos propuestas de modificación que consideramos necesarios, a fin de asegurar la protección integral de niños, niñas y adolescentes y el fortalecimiento de la familia. 

Al tratar de niñas, niños y adolescentes esta ley es casi sagrada, venerable, como lo son nuestros hijos e hijas, por ello es preocupante que esta Ley presente excesos y errores básicos de comprensión acerca del papel de los padres y tutores en cuanto a sus derechos y obligaciones. 

En general, la ley carece de una perspectiva de familia. Concede al Estado la facultad de otorgar y reconocer ciertos derechos, pero sin enmarcarlo en una visión en la que el menor se desarrolla en el seno de una comunidad familiar.

Al hablar del derecho a educación de niñas, niños y adolescentes no hace referencia a valores éticos y cívicos ademas de que desconoce por completo el derecho y deber de los padres de familia de participar en la misma, lo cual resulta una contradicción toda vez que dicha participación ya fue reconocida en el artículo tercero constitucional.

Por otro lado incorpora el concepto “Derechos sexuales y reproductivos”, que no se encuentra en nuestra Constitución ni en los tratados internacionales que vinculan al Estado Mexicano, y que al carecer de una definición sobre su contiendo y alcance, puede dar lugar a interpretaciones arbitrarias.

Notamos también que no se da una clara diferenciación sobre el ejercicio de estos derechos en relación con la edad. No es lo mismo el grado de madurez de un niño de 7 o de 11 años, que el de un adolescente de 17. 

Resulta delicado que se haga a un lado la orientación que los padres o tutores deben brindar en vista al interés superior del menor. Si la legislación civil prevé que un menor no puede realizar actos jurídicos por sí solo, es altamente riesgoso que en este proyecto de Ley se pretenda que niños, niñas y adolescentes puedan tomar decisiones sin la orientación de sus padres o tutores en algo tan delicado como es la sexualidad, con implicaciones físicas, psicológicas, espirituales, económicas y sociales en el presente y en el futuro.

Al hablar de derechos sexuales y reproductivos de los niños, abre la puerta a la pederastia y la trata de personas. Y es que si se le reconoce a un niño el derecho a gozar de su sexualidad, nada impide, entonces, que este pueda decidir tener relaciones sexuales con algún adulto que, bajo engaños o chantajes emocionales, lo someta a explotación.

En Acción Nacional proponemos dar una eficaz protección y difusión de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, de conformidad con la Constitución y los tratados internacionales ratificados por México en esta materia, nos parece muy importante considerar la participación de los padres o tutores, quienes deben preservar y exigir el cumplimiento de los derechos de los niños para su desarrollo integral de acuerdo con el artículo 4º de la Constitución. 

Los legisladores y legisladoras tenemos una alta responsabilidad en nuestro voto, de nada sirve aprobar una ley con muchos beneficios si, pero que deja desprotegidos a los menores en lo mas importante su sano desarrollo y su integridad, y arrebata autoridad a quienes ejercen la patria potestad minimizándolos a un papel de proveedores y no de formadores.

Esperamos contar con la sensibilidad y voluntad del PRI y de otras fuerzas políticas para dar una vuelta de timón que devuelva el rumbo a esta ley.

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